LA EFÍMERA ATRACCIÓN CON PERSONAS PASAJERAS ⏃ THE EPHEMERAL ATTRACTION WITH RANDOM PEOPLE

Photo by rawpixel.com • Unsplash

〈Esta entrada se ve mejor escuchando Is the Black at the End Good?, de The Flaming Lips〉

Vivimos inmersos en un mundo virtual del cual nos es imposible escapar —ya sea por trabajo, ocio, distracción o para lo que muy seguramente la mayoría de nosotros desea dejar de sentir: la soledad.

Estar en contacto con diversas personas a través de las redes sociales es una de las salidas más comunes que buscamos para sentirnos acompañados, tanto con personas con las que tenemos contacto en la vida real, como con nuevas relaciones de cualquier tipo con personas que jamás hemos visto en persona. Es muy claro que este tipo de comunicación con nuevos individuos encontrados en la red no es algo que suceda recientemente, lo hemos visto desde las primeras plataformas de chat desde que nos introdujeron a uno de los mejores y más aterradores inventos de la humanidad, el internet.

Por fortuna para aquellos que alguna vez han logrado tener una conexión mutua sin importar que la pantalla les divida, se ha facilitado dicha unión con el pasar de los años —como la llegada de las videollamadas y ciertas aplicaciones para compartir una gran variedad de contenidos y realizar diferentes actividades con la otra persona, permitiendo olvidarse de las barreras que impone la distancia. Gracias a las videollamadas, se ha facilitado el poder darle vida a aquellas ilusiones y deseos con la otra persona, el poder hablar manteniendo contacto visual con el otro y hacer de esta experiencia algo más "humano". Sin embargo, lo que no ha logrado derrumbar el avance tecnológico es la terrible impotencia que se siente al no poder sentir físicamente al otro personaje, lo que indica que aunque esta sociedad parece alejarse cada vez más de las sensaciones físicas entre otros, aún está presente la necesidad del tacto. La necesidad de sentirse y expresarse frente a frente.

Personalmente, me he visto involucrado emocionalmente con un par de personas que conocí por medio de internet, con las cuales nunca llegué a tener contacto físico, pero aún así existió atracción emocional. Es extraño cómo la mente y el corazón luchan constantemente por demostrar quién tiene la razón frente a las decisiones que menos lleguen a herirnos. La razón trata de cortar este tipo de emociones, porque en el fondo sabe que no será sencillo el llegar a conocer a esa persona de frente, o peor aún, que jamás llegará a darse dicho momento. Mientras que el corazón, sea por sus altas expectativas en el amor o por su debilidad que ha venido alimentando por historias ficticias en películas o libros, solo anhela sentirse vivo con el deseo de amar y ser amado.

Seguramente muchos de ustedes han llegado a un punto en donde aquel vacío que los llevó a abrir cierta aplicación, se prolonga o se hace más profundo al hablar casi cíclicamente de lo mismo con personas pasajeras —las cuales la mayoría no aportan absolutamente nada en uno. O cuando se ha llegado a sentir una atracción por alguna de ellas por algún tiempo, pero que repentinamente desaparecen o cambian sus emociones y poco a poco van cortando la comunicación hasta quedarse en el borroso pasado de nuestras vidas. Considero que el conocer a personas aleatorias, no se ha vuelto más que una efímera escapatoria del mundo real para mantener nuestras sensaciones distraídas por algún periodo de tiempo. ¿Cuál es el propósito de todo esto?, ¿no es acaso conseguir a alguien que nos acompañe al menos por largo tiempo e intentar que funcione una relación?, alguien que verdaderamente aporte experiencias y aprendizajes significativos a nuestra vida.

Sea cual sea el propósito de querer conocer a alguien, sea amistad, sexual o emocional estable, deberían valorar el espacio que el otro les está aportando. Al fin y al cabo, ambos están allí con el mismo propósito de no sentirse solos y saber que alguien más les desea de algún modo. Se trata de hacer un encuentro más significativo y mantener un contacto con quien realmente lo vale. Es algo realmente inútil —y lastimosamente común, el descartar al muy bajo porcentaje de individuos que debería conservarse, todo por seguir envuelto en una red de personas pasajeras cuya atracción no está destinada a durar más de un día.

Quizás he llegado al punto en donde decidí darme por vencido con estas aplicaciones y la manera actual de conocer a otras personas, todo con el propósito de valorar a quien merece mi tiempo y atención. Posiblemente la distancia no sea más que una ilusión y la razón no siempre tenga... la razón (valga la redundancia). Considero que las profundas conversaciones con alguien, la confianza que transmitan y la conexión que se logre activar mutuamente, es motivo suficiente para conservarle y llegar a sentirse físicamente en un futuro, para que todo este tiempo valga aún más la pena —que si bien es incierto cuándo, eventualmente podrá llegar a suceder.

Pensaba en la película Her de Spike Jonze (2013), que pese al contexto en el que se realiza la historia, llega a ser una fuerte alusión a las relaciones a distancia que cierto porcentaje de la humanidad llegaría realmente a entender. Ese amor tan inconmensurable que es posible llegar a despertarlo y mantenerlo de la mejor manera, todo porque ambos llegan a descubrir que no necesitan conocer a nadie más en este aspecto. Se trata de los sentimientos tan fuertes que llegan a desarrollarse por alguien, que sin importar la falta de contacto físico, las emociones priman y todo lo demás que dictaba la razón, pierde importancia. Quizás esta película sea mi historia de vida actual, y aunque no hay nada que pueda hacer al respecto para cambiarlo en este instante, me enfoco en todo lo positivo que atrae esta persona hacia mí y la gran posibilidad de algún día llegar a conectarnos más que a través de una pantalla.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

English version

〈This post looks better while listening to Is the Black at the End Good?, by The Flaming Lips〉

We live immersed in a virtual world from which it's impossible for us to escape—be it for work, leisure, distraction or for what most of us most surely wish to stop feeling: loneliness.

Being in contact with different people through social networks is one of the most common escapes we seek to feel accompanied, both with people with whom we have contact in real life, and with new relationships of any kind with people we have never met in person. It is very clear that this type of communication with new individuals that we met in the web is not something that happens recently. We have seen it since the first chat platforms since they introduced us to one of the best and most terrifying inventions of humanity, the internet.

Fortunately for those who have ever managed to have a mutual connection not giving importance that the screen divides them, this union has been facilitated over the years—like the arrival of video calls and certain applications to share a wide variety of content and perform different activities with the other person, allowing to forget about the barriers that distance imposes. Thanks to video calls, it has been easier to give life to those illusions and desires with the other person, to be able to talk while keeping visual contact with the other and to make this experience more "human". However, what the technology has not managed to tear down is the awful helplessness that is felt by not being able to physically feel the other person—which indicates that although this society seems to move away more and more from physical sensations among others, the need for touch is still present. The need to feel and express themselves face to face.

Personally, I have been emotionally involved with a couple of people I met through the internet, with whom I never had physical contact, but still there was emotional attraction. It is strange how the mind and the heart constantly struggle to prove who is right with the decisions that would least hurt us. The reason tries to cut this type of emotions, because deep down it knows that it will not be easy to get to meet that person face to face, or even worse, that that moment will never come. Whilst the heart, either because of its high expectations of love or because of its weakness that has been fed by fictional stories in movies or books, only longs to feel alive with the desire to love and be loved.

Certainly many of you have reached a point where the emptiness that led you to open a specific application, is prolonged or deepened by talking almost cyclically of the same things with random people—which most of them do not contribute absolutely nothing positive. Or when you have come to feel an attraction for some of them for some time, but suddenly they disappear or change their emotions and little by little they cut the communication to stay in the blurry past of our lives. I believe that meeting random people, has not become more than an ephemeral escape from the real world to keep our sensations distracted for some period of time. ¿What is the purpose of all of this? Isn't it to get someone to accompany us at least for a long time and try to make a relationship work?, someone who truly brings significant experiences and learning to our lives.

Whatever the purpose is of wanting to know someone, be it friendship, something sexual or emotional stability, they should value the space that the other is giving them. At the end of the day, both are there with the same purpose of not feeling alone and knowing that someone else wants them in some way. It's about making a more meaningful encounter and keeping in touch with who is really worth it. It's something really useless—and pitifully common, to discard the very low percentage of individuals that should be kept, all to remain involved in a network of random people whose attraction is not intended to last more than a day.

Perhaps I have reached the point where I decided to give up on these applications and the modern way of meeting other people, all with the purpose of valuing who deserves my time and attention. Possibly the distance is no more than an illusion and the reason does not always have... the reason (pardon the redundancy). I believe that deep conversations with someone, the trust that they transmit and the connection that is activated in each other, is enough reason to keep them and get to physically feel each other in the future so that all this time, it's even more worthwhile—that although it's uncertain when, it'll eventually may happen.

I was thinking about the film Her by Spike Jonze (2013), that despite the context in which the story is made, it becomes a strong allusion to the long distance relationships that a certain percentage of humanity would really come to understand. That it's possible to awake such a immeasurable love and keep it in the best way, all because both come to discover that they don't need to meet anyone else in this aspect. It's about the strong feelings that are developed because of someone, that regardless of lack of physical contact, emotions prevail and everything else dictated by reason, loses importance. Maybe this film is my current life story, and although there is nothing I can do about it to change it at this moment, I focus on all the positive things that this person attracts to me and the great possibility that we will connect someday more than through a screen.

___________________________________________________________________________________________

#Relationships #Love #LongDistanceRelationships #Distance #Apps #Her #Life #Journal #Reflections #Relaciones #Amor #RelacionesADistancia #Distancia #Vida #Reflexiones #SebasIndie